Foto: Ag.Senado – Brasil

La muerte del Juez Teori Zavascki, quien llevaba el caso “Lava Jato” y debía homologar las delaciones de 77 ejecutivos implicados, es una noticia terrible para la lucha contra la corrupción y de connotaciones siniestras. Es difícil pensar en un triste accidente. Su hijo ya había alertado sobre la posibilidad de un atentado y hay muchos políticos y empresarios poderosos que están comprometidos en el caso que iba a dar un salto cualitativo en el mes de febrero. Más suspicacias genera que exista la posibilidad de que el presidente Temer, quien ha sido mencionado en presuntos pagos en la investigación “Castillo de arena”, elija a su sucesor. Hace unos meses IDL-Reporteros cuestionaba así las intenciones de Temer:

La hostilidad del nuevo régimen de Michel Temer a la investigación de Lava Jato es evidente. Según la edición de El País en portugués, la evaluación del gobierno de Temer es que los procuradores [fiscales] de Lava Jato están “exagerando hace tiempo” las acusaciones.

Si esto retrasa las investigaciones en Brasil, lo hará con mayor razón en el Perú. Aquí vivimos una suerte de chorreo anticorrupción. Lo que se va descubriendo afuera tienen repercusión en el Perú pero en la forma de pequeños chorros de información. La justicia en Brasil y los Estados Unidos ya tiene nombres de los funcionarios peruanos involucrados, pero no los da a conocer aún. Ya se ha difundido el complejo esquema de empresas, algunas offshore, para lavar el dinero destinado a las “propinas” o “coimas”, hay también mucha especulación y mucho nerviosismo, pero poca evidencia concreta y contundente.

Tenía pensado dedicar este post a los pagos de empresas brasileras al estudio Nava & Huesa, pero por la coyuntura escribo primero este corto post sobre la lamentable muerte del juez Zavascki. No obstante, dejo algunas de las preguntas que quiero abordar en el próximo post:

¿Qué se considera una “coima” (o una “propina” como se le llama en Brasil)? ¿Hay coimas ex ante y ex post? Me pregunto si en la investigación fiscal se va a considerar como coima a un aporte de campaña o a una conferencia muy bien pagada a un ex Presidente luego de concluido su mandato. ¿Y si, oh casualidad, varios de los hijos de altos funcionarios del gobierno son contratados para trabajar en Odebrecht? ¿Y si la empresa paga a un estudio de abogados vinculado al secretario general de Palacio de Gobierno? Hasta la próxima.